lunes, 15 de julio de 2013

Pequeños derrapes de la vida cotidiana I

Cuentan que una vez, el Diablo se portó muy bien, y lo echaron del Infierno. Como al Cielo no podía ir, decidió vagar por la tierra.
Andando por estos lares, el Príncipe de las Tinieblas hizo amigos; conoció mujeres, e incluso, alguien le regaló una guitarra, y aprendió a cantar.
Me parece que hoy lo vi, mientras caminaba por el Parque Sarmiento: estaba sentado en el césped, menos abrigado que el resto de la gente.

 Me di cuenta de que era él, porque tarareaba una canción de Charly, con la letra cambiada. Decía: “Te recuerdo infierno…te recuerdo hoy”.