viernes, 8 de marzo de 2013

Día "D"


Se ve que nos hacen falta excusas para desearnos días felices. Hace poco, yo misma decía esto en relación al “Día de los Hermanos”. Después,  vino la pregunta: ¿por qué hacen falta excusas para desearle a los demás un día felíz; un día bueno;  lleno de cosas que lo hagan sentir bien?.
Será que de a poco van desapareciendo los otros, y no hablo solamente  de esos  “otros” a los que nos unen los afectos: hablo de todos aquellos con los que nos cruzamos cada día, sin registrar.
Hace tiempo, pensaba que desaparecer es algo que puede  suceder de muchas formas: la desaparición física es la forma aparentemente más definitiva, ya que con una persona que se va, mueren universos: esos que se crean con cada uno de quienes lo conocen y quieren. Algo perdura en la memoria, por suerte. Y creo que ahí reside la clave: la desaparición definitiva es el olvido.
No es necesario que el cuerpo falte: basta con olvidar; con negar; con silenciar; con mirar a otro lado. Obviamente, me dirán — ( y con razón)— no se puede conocer ni estar atento e implicarse con todo el mundo. Sería un caos interesante, pienso; al menos más acogedor que aquél en el que ya vivimos. O una pesadilla. No sé. Por lo pronto no pasa de una idea disparatada.
Las  que me preocupan, son  “microdesapariciones” si se quiere. Las de todos los días: esas que se dan tan automáticamente que uno ya ni las nota.
 ¿De qué hablo?. De esas palabras y gestos cotidianos, tan simples: el “Buenos días”; “Permiso”; “Por favor”; Perdón” y “Gracias”. Que son “sólo palabras”, si se quiere.  O muestras de un mínimo registro del otro y su presencia, si lo sentimos de verdad. Empecé a pensar que cada vez que uno adelanta a alguien caminando; se mete en una fila; no cede un asiento y un largo etcétera,  ese alguien se borra un poco. Serán las consecuencias del tiempo en que vivimos; de nuestras subjetividades; de las hormonas, y qué se yo qué más.
Ojo, no estamos obligados a ir por ahí saludando y agradeciendo a todo el mundo, porque esa también sería una manera de ir en piloto automático. Pero mi costado soñador quiere seguir pensando que con esos simples gestos, el mundo se vuelve un poco más cálido.
Serán sandeces, pero a mi me importan.
Ahora si, que tengan todos un felíz día.
Por favor, perdón y gracias.

2 comentarios:

  1. Muy bueno, es verdad lo de la ausencia física, sobre todo cuando miramos para otro lado, pensamos que el otro "desapareció" y somos nosotros los que desaparecemos...yo siempre fui de festejar todo! pero todo! y creo que de a poco el "realismo" de la gente, me va apagando ese entusiasmo deliberado de adolescente frenética. Gracias por tus palabras siempre dejan una reflexión en mi, perdón la extensión del post, y por favos sigue escribiendo! ;)

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    1. Gracias por leerme, y por tomarte el trabajo de postear acá. Ultimamente estoy personalista con los tópicos, o subjetiva, si se quiere. Pero así soy yo: escribo sobre lo que me conmueve, así sea el lado claro de la oscuridad.
      ¡Abrazo y gracias de nuevo! NO se preocupe por la extensión del post, me encanta leerlos.

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